domingo, 20 de diciembre de 2009

Crepúsculo: La saga que causa furor


La saga “Crepúsculo”, ya es todo un éxito entre los jóvenes. Éxito que nos recuerda a películas como “Harry Potter” o “Star Wars”.

La historia se basa en el amor imposible entre Bella Swan, una persona normal, y Edward Cullen, un vampiro. Este amor al más puro estilo de “Romeo y Julieta” del siglo XXI, incluye de todo un poco… desde el sufrimiento por no poder estar juntos; un triángulo amoroso entre Bella, Edward y Jacob Black, el mejor amigo de Bella, proveniente de la estirpe de los licántropos, raza históricamente enemiga de los vampiros; hasta las clásicas peleas y luchas que se producen entre el bien y el mal. Esta saga cuenta con 4 libros. El primero y el segundo (“Crepúsculo” y “Luna Nueva” respectivamente) ya han sido adaptados a la pantalla grande, mientras que sus continuaciones, “Eclipse” y “Amanecer” están en proceso de filmado.

Sin embargo, el éxito que Stephenie Meyer, autora de los libros le debe al público no es un hecho azaroso. La saga del amor imposible entre el vampiro y la humana está dirigida hacia un público femenino transversal, es por ello que encontramos que su mayor éxito se encuentra entre las mujeres de diversas edades.

¿Cuál es la clave del éxito de esta historia? La respuesta es bastante sencilla: “Crepúsculo” y sus posteriores continuaciones, nos muestran el ideal oculto que tiene la mayoría de las mujeres respecto a cómo quieren ser tratadas, y el modelo de Edward nos recuerda plenamente a la imagen de hombre romántico y preocupado que roza lo cursi que toda mujer sueña con tener a su lado. Por otra parte, Jacob, el mejor amigo de Bella, es un hombre que si bien se muestra enamorada de ella, respeta sus decisiones y se presenta constantemente preocupado por ella. Ambos hombres son capaces de dar su vida por esta afortunada mujer. Paralelamente, Bella es una mujer que causa furor en su instituto, y se ve “acosada” constantemente por sus compañeros que forman una especie de “fans club”; aunque a ella no le guste, qué mejor que poder tener abanico de posibilidades para elegir, aunque con Edward no hay donde perderse, a pesar de la fuerte competencia por parte del licántropo.

Hombres que darían la vida por ella, que se preocupan y que son atentos y románticos. Un amor como de cuentos de hadas (obviamente), donde todo es maravilloso, y donde se pone a prueba dicho amor, pasando todos los obstáculos existentes, y demostrando que el amor es invencible. El reflejo perfecto del ideal de hombre que tienen las mujeres. Sin lugar a dudas, esta saga, que logra que los jóvenes y los adultos se devoren los libros, seguirá dando que hablar, y seguirá siendo un éxito rotundo en sus adaptaciones a la pantalla grande. Indudablemente también, los hombres deberían leer por ley estos libros, y aprender cómo se debe tratar una mujer con los mejores maestros, elegidos por las mismas mujeres.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Estudiantes: Moldes Ideológicos


Con los medios de comunicación hablando de los candidatos y sus propuestas y dichos en boca de todos es imposible ignorar ciertos aspectos de la educación chilena actual cuya incidencia en los temas de contingencia actual es mayor de lo que muchos piensan.

Fácil es darse cuenta de cómo los profesores son capaces de transgredir la libertad de pensar de sus alumnos silenciosa e imperceptiblemente. Éstos son capaces de imponer sus ideologías y opiniones sobre sus pupilos sin que estos mismos se percaten.

Basta con ver cómo sus clases pierden objetividad, o cómo los textos que entregan a sus alumnos para realizar sus respectivos análisis entregan información subjetiva de temas políticos, alabando o criticando sólo un lado de la moneda, incluso apoyados o secundados del “margen editorial” del establecimiento.

Precisamente esto ocurre en la edad en que los alumnos están formándose una opinión sobre el acontecer nacional, y pierden la libertad de pensar por si mismos al tener semejante influencia escolar en su opinión, así como vemos que unos pocos son capaces de dar sus opiniones, y el resto sigue esta opinión citándola y haciéndola propia, como una gran masa influenciable.

Si bien es difícil que temas de este carácter sean regulados, no queda más que hacer un llamado al cuerpo docente del país a ser más objetivo en su entrega de información, y al momento de entregar información de un lado de la moneda, no se ignore el contrario.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Nada que decir


No pensé que volvería a pasar... sin más, volvió aquella sensación, esa maldita y desagradable sensación de angustia. Desesperante angustia. Ese agujero en el pecho, que pareciera hecho con fuego: a cada instante quema más, y aumenta su diámetro...
Aquella sensación, que confíe y me prometí evitar, volvió.
Pero volvió de una manera distinta. Ahora con otras causas. Con otros agentes. Con otros participantes. Y con un nuevo apoyo.

Sentir aquel dolor no tiene descripción. Aquella desesperación, que se traduce en esos dolores sublimes, indescriptibles, intolerables, inubicables... no es algo que te duela, es todo, pero a la vez tan excelso que no es nada. No se puede identificar el dolor, pero está y se siente.
Y sin embargo, aquel dolor tiene su apaciguador, que si bien no es agua para apagarlo, es humedad fuerte que lo calma y lo domina, mientras dure el efecto...
Desearía que aquel apaciguador me controlara aquel dolor frecuentemente. Aquel que impide que las lágrimas se derramen en el pasto, y aquel que con un abrazo, me reafirma la fuerza que escondo no sé donde. Aquel que es la razón de seguir en pie.
Con quien siento que no puedo derrumbarme, aquel que es mi soporte, mi sentimiento y razón. Aquel que cuando me abraza me afirma, y cuando se va, me deja como una mesa coja, sintiendo que hasta el viento me puede botar, pero el mismo viento me lleva el eco de sus abrazos, y semi-completa la pata coja, sosteniendo su cubierta un poco más...

Quisiera poder poner fin ya! Es agotador saber que el tema no terminará, y que hay que decidir algo... arrancar de aquel instante alarga la agonía.
Ya estoy cansada. Qué mierda le pasa a esta sociedad. Imposible que exista la felicidad si se imponen ideales ajenos. Si se debe combatir y cumplir con aquella imagen perfecta de la mente de los demás. Si la felicidad se debe encontrar en las aspiraciones ajenas, donde no hay espacio para las propias ilusiones y sueños, donde nada nos satisface, y aquello que nos hace bien, se nos limita. Donde la felicidad está en el éxito, fuertemente relacionado con lo económico. No. Ahí no está mi felicidad. Dónde se esconde la felicidad entonces?

Mientras busco la salida y fin a esto, omitiré las salidas fáciles, seguiré buscando mi catarsis, sosteniéndome el pecho para que esta sensación no me bote al suelo, y sintiendo a mi apaciguador en los momentos en que está conmigo, y en el momento en que se va, seguiré sintiendo sus abrazos con la brisa que me llegue.