domingo, 20 de septiembre de 2009

El beso perfecto (para mí)





Contenido no encontrado debido su alto contenido personal y explícito.




.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Gracias

Gracias a tí puedo decir y hacer lo que me nazca
Gracias a tí puedo ser yo misma
Gracias a tí estoy viendo una pincelada de quién era y me gustaba ser
Gracias a tí estoy tranquila
Estando contigo recargo pilas.


Gracias por el lindo día
Gracias por los lindos momentos
Gracias por hacerme parte de tu vida
Gracias por estar siempre conmigo
Gracias por aguantarme
Gracias por quererme
Gracias por ayudarme
Gracias por ayudar a quienes quiero
Gracias por cuidarme siempre, sin importar nada
Gracias por hacerme importante
Gracias por estar conmigo
Gracias por hacerme sentir bien, feliz, y tranquila
... Gracias por ser tú

sábado, 12 de septiembre de 2009

Eunoe

- ¡¿Qué está pasando?!

Matías navegaba cerca de la orilla, a escasos metros del muelle. Solía hacerlo. Le gustaba hacerlo. Era necesario para ordenar sus ideas, pensar y lograr escribir alguna de ellas. Esas ideas que se agolpaban en su mente.

Mientras navegaba, Matías acostumbraba a contemplar la imponente estructura del “Eunoe” (que no lo era), un edificio construido a pocos metros de su casa. Este edificio era la sombra de la entrada. De su entrada.

Aquel edificio encerraba un misterio. Nadie sabía para qué fue construido, ni porqué. No era habitacional ni tampoco comercial. No era un monumento, ni una oficina, una casa o un templo religioso. Tampoco tenía puertas, ni entrada ni salida. Sólo estaba ahí.

Matías lo observaba. Lo observaba atentamente. Le gustaba cuando el ocaso lo atravesaba a través de los ventanales inexistentes. Sin embargo, ese fatal día, en el momento en que el ocaso se cruzó por el edificio, los cimientos de éste comenzaron a temblar, y se derrumbaron limpiamente junto a él.

- ¡¿Qué está pasando?!

Nadie entendió como aquel sólido edificio se derrumbó de improviso, aquel edificio que siempre obsesionaba y amenazaba a Matías. Aquel edificio que en el pequeño e ignorante poblado nadie extrañaría.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Agonía

Aquí, perdida
sin rumbo
sin donde ir,
sin donde dormir.

En esta alegoría de dolor,
en el umbral de mi soledad,
un beso tuyo,
la libertad.

Lágrimas que llenan
el pozo de las causas perdidas.
Gritos de dolor que se pierden
en lo recóndito de mi garganta.

Ojos que sufren
manos que tiemblan
voz que enmudece.

En mis sueños,
el desahogo.
En mi soledad,
el encuentro.

Sentí rabia, soledad
grité dolor, dolor, dolor
descalza en la tierra
desesperó el alma.

Vivir aparentando
vivir ocultando
vivir con tristeza
... vivir.



Constanza Barros