domingo, 22 de noviembre de 2009

Temor, Confusión, Rabia, Amor.

Y ahí estaba ella... sin poder dormir, pero con un sueño terrible.
Habían pasado muchas cosas, muchos acontecimientos se agolpaban en su cabeza, cosas que la tenían inquieta, sin hambre, y con el insomnio con sueño que la desesperaba.
Un dolor de cabeza era el resultado de tanta confusión, y era fácil ver cómo todo lo que la rodeaba comenzaba a despedazarse.

Nunca tuvo claro todo lo que le pasaba... sólo sabía que tenía un miedo que crecía en su pecho, presionándolo todo, y amenazando con cesar todo movimiento interno. Sólo sabía que no quería enfrentarlo, pero que debía hacerlo. Y para colmo, fin de año la tenía sin energías.

Sin querer más lucha... una nueva tocaba a su puerta.

De pronto, comprendió lo que pasaría, y en ese parque, donde se hablaron todas las verdades y se dijeron todo lo que tenían que decirse, el sueño había acabado.
Se disponía ella a dar la vuelta y comenzar la interminable lucha de cerrar el libro, acción que consideraba casi imposible, sabía de antemano que sería devastador, y el dolor ya comprimía y carcomía todo su interior, cuando una mano firme la tomo del brazo, la dió media vuelta, y sin darse cuenta, sintió un beso apasionado, que gritaba con imprudencia "no te vayas! te amo!", y ella, como sentía que debía ser, correspondió a ese grito desesperado.

La rabia, la confusión, la desesperación y el amor se fundieron en un todo, un remolino que arrasaba interiormente con todo lo que estaba a su paso, pero ella no quería pensar en eso. Hacerlo era caer en la tentación del masoquismo. Sabía que sentía, que quería, y que podía hacer. Sabía que lo amaba, que temía perderlo, pero que no podía callar. Era la estupidez más grande, pero era su estupidez enorme, aquella que la acechaba constantemente entre sueños.

Mas, las cosas siguieron su rumbo, y sin saber cómo, una enceguecedora luz lo cubrió todo, y le nubló la vista. Un fuerte golpe dió la vida, y todo cesó para ella. No hubo nunca más pesadillas, ni temores, ni rabia o confusión, tampoco amor.
Todo aquello se perdió en un sepulcro blanco de dolor.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Inteligencia Emocional inversamente proporcional a la Inteligencia Racional?

Según los filósofos entendidos del tema, poseer una inteligencia no excluye a otra.
Sin embargo, personalmente me quedo con la duda...

Son las inteligencias excluyentes?

Según la teoría de "las inteligencias múltiples" planteada por Howard Gardner, el ser humano tiene 7 tipos de inteligencias.

Hasta donde tengo entendido, poseer una no limita la posesión de otras...

A medida que pasa el tiempo, me doy cuenta que esto si ocurre en mi caso... a medida que más desarrollo la capacidad de conocerme a mi misma, conocer mi entorno, sentir que me rodea, más disminuye mi capacidad de razonar, mi capacidad de abstracción, de enfoque a una sola cosa...

Mientras más desarrollo mi inteligencia intrapersonal (gran exponente de la inteligencia emocional), cada vez me puedo concentrar menos en los estudios, me abstraigo menos, entiendo menos...

Alguien es capaz de explicarme porqué me pasa esto?!

Desearía poder ser una persona distinta, normal, y poder conocerme a mi misma y seguir concentrada y enfocada en un solo tópico...
Poder ser más sensible sin dejar de lado la lógica...
Porqué pasa esto?
Dejo de ser una persona rigurosa...
Experimento cambios que no me gustan, y no sé cómo recuperar el equilibrio que en algún momento conseguí tener... Efecto del desarrollo de la inteligencia intrapersonal: darme cuenta de qué pasa conmigo, pero no poder hacer nada. Es como estar condenado por una enfermedad terminal, y saber que no se puede hacer nada... o estar en estado vegetal pero de forma consciente. El ser una persona equilibrada al parecer no está más dentro de mis opciones

Ayuda!

Saludos,

sábado, 7 de noviembre de 2009

=O

Aaaggghhhhhhh!! Rabia, rabia, rabia! Y conmigo misma!
Sigo en lo mismo, me enojo conmigo, y no le veo mayores vueltas...
Gritar, gritar, gritar... correr, correr, correr... huir.
Rabia porque no se da (n) por aludido (s), porque no cambio mi switch, porque sigo así...

No, aguantar, resistir.

Sólo por mañana... mandaré todo a la cresta, y aprovecharé a full mi día casi perfecto.

Saludos!

martes, 3 de noviembre de 2009

Cansancio

Principio de noviembre... siguen los días fríos, temperaturas extremas que le cobran más de un resfrío a quienes tienen que salir diariamente a cumplir con sus obligaciones, alergias fulminantes que consiguen más de una nariz congestionada... Año escolar sin exámenes que tiene por consecuencia pruebas hasta el último día... nuevos alivios, nuevas preocupaciones... sin lugar a dudas, un año distinto.

Es cosa de detenerse en mí dos segundos, y darse cuenta de muchas cosas que se esconden, pero amenazan con salir a cada instante, arrebatándome en ocasiones donde se me escapa de las manos... es cosa de detenerse en mi mirada, y descubrir algunas de las cosas que se ocultan, y se pierden en un remolino de confusión camuflado en el café de mis pupilas...

Cansancio de tantas cosas, situaciones, acciones... los errores empiezan a cobrar su precio, y el cuerpo comienza a exigir a gritos un respiro... pero es imposible dárselo por el momento... y no queda más que hacer que el cuerpo aguante, que el ánimo saque sus últimas fuerzas, y confiar en que vendrá el descanso y el respiro tan anhelado...

Pasa a veces también que no es sólo la presión externa la que comienza a sumarse a la mochila que llevamos en nuestra espalda... sino que también ocurre que ciertas personas que queremos y que son importante, realizan acciones que inconscientemente para ellos nos dañan de cierto modo, o en su defecto, nos hacen sentir menos, o directamente menospreciadas.
Son estas acciones, muchas veces pequeñas, y comúnmente inconscientes, las que suman el mayor peso a la mochila de nuestra espalda... sin embargo, hay que saber entender a dichas personas, que nunca pretendieron dañarnos, y que buscando nuestro bienestar, o en una conversación antes amena, terminamos con un dolor, o un malestar que antes no teníamos, sumando pesos a la mochila cada vez más pesada...


Todas las cosas y acciones tienen un transfondo... está bien que no te des cuenta, es inconsciente... como dijo aquél... "Tengo una dosis de perdón, por si haces algo que me duela"♫
Y más de una te diré...


Con temor a que los tirantes de esta mochila termine por ceder, y termine todo en el suelo,
Constanza Barros